Felicidad, alegría y emoción es lo que sientes cuando sabes que pronto llegará la cigüeña a tu hogar. Imagínate ahora lo que se puede sentir cuando esa visita se duplica, llegaran mellizas a tu casa y la alegría por lo tanto se multiplica, es un evento maravilloso que nos cambia la vida.
Y es que el nacimiento de un bebé es todo un acontecimiento que estremece a toda la familia, vecinos, amigos y conocidos. Querer conocer al nuevo personaje, tocar sus pequeñas manos, escuchar su balbuceo y disfrutar de su compañía, sin duda alguna no tiene comparación, es un hecho realmente importante y significativo en nuestras vidas.
Donna Aylmer es una mujer que recibió la noticia de su embarazo, un suceso que venía anhelando por algún tiempo. Pero esta no fue una noticia cualquiera, este acontecimiento vendría por partida doble, dos bebes venían en camino. Gritos, saltos, risa y llanto fue su reacción cuando el doctor le dio esta exclusiva.
Llego por fin el momento del parto, pero lo que sus ojos vieron, la dejó boquiabierta. Sus lindas y pequeñas mellizas eran muy distintas. Una era de ojos azules, piel blanca y cabello rojizo, le coloco el nombre de Lucy.La otra pequeña tenía ojos marrones, piel oscura y pelo rizado, quien recibió por nombre María.
La felicidad era una emoción imperante, pero la inquietud de todos era la misma, ¿Por qué siendo mellizas estas niñas lucen diferentes?
El impacto de la familia al ver las dos mellizas era similar, las niñas eran lindas y sanas, pero no se parecían en lo más mínimo. Donna estaba muy extrañada y no encontraba explicación lógica a dicho acontecimiento.
Si ponemos las cartas sobre la mesa para entender un poco más esta situación, debemos empezar por saber que Donna es medio jamaicana y británica y el padre de las niñas también es británico.
Al ser mellizas las niñas fueron fecundadas en distintos óvulos y por distintos espermatozoides. Lo que genéticamente se traduce, Dona posee genes con rasgos oscuros y claros, y esto explica porque una de las mellizas tiene piel oscura y la otra piel clara.
Las burlas durante la infancia de estas pequeñas fueron constantes y desagradables. A Lucy por su tono de piel tan blanco, le decían gasparin o fantasma y algunos comentaban que probablemente ella era adoptada. María lloraba en las noches pues quería tener el cabello rojizo como el de su hermana, todo un dilema y confusión era para estas mellizas su situación.
En la actualidad siguen siendo físicamente diferentes y sus personalidades no tienen ninguna similitud. María es extrovertida y le encanta estar a la moda, Lucy es más reservada y siente fascinación por el arte.
Como todos los hermanos, estas mellizas no son la excepción. Son las mejores amigas, se aman y disfrutan de su compañía, se sienten orgullosas de lo que son y como lucen, simplemente son perfectas, únicas y privilegiadas.
Las dos lucen hermosas sonrisas y viven intensamente cada día.