Los Chemtrails son fumigaciones tóxicas que nos están envenenando

Desde hace años numerosos aviones fumigan a gran altura los cielos del mundo dejando una serie de estelas blanquecinas que terminarían conociéndose como chemtrails -en realidad fumigaciones tóxicas- y darían lugar a todo tipo de especulaciones sobre su contenido; especialmente porque los organismos internacionales y los gobiernos de los países industrializados optaron por ignorar toda pregunta sobre ello y mantenerse en silencio. Lo que llevaría en muchos casos a hacer pasar por “locos” a quienes denunciaban lo que estaban viendo con sus propios ojos. Pues bien, todo indica que forman parte de un programa de control climático de impacto incalculable para el medio ambiente y la salud vendido a la opinión pública como medio inevitable para evitar el calentamiento global. Al menos así lo denuncia la asociación Terra SOS-tenible -promotora de la plataforma cívica Guardacielos– que ha solicitado el Parlamento Europeo una investigación independiente. Nos lo ha explicado en detalle su presidenta y portavoz, Josefina Fraile.

Hace dos décadas los cielos de medio mundo se convirtieron en enormes lienzos en los que resultaba fácil ver cómo líneas blanquecinas de diferente longitud y grosor con aspecto de vapor se entrecruzaban en espacios relativamente pequeños. Líneas que surgían siempre –y siguen haciéndolo hoy- tras el paso de aviones y de ahí que en un principio se creyera que no eran sino estelas de condensación provocadas por los gases calientes de los motores de los aviones al entrar en contacto con aire frío. Sin embargo sus extrañas configuraciones, el hecho de que solo apareciesen en momentos puntuales y no siempre aunque la temperatura ambiental y la altura de las aviones fuese similar, la enorme cantidad de formaciones surgidas en poco tiempo y, sobre todo, la presencia en la zona tras su paso de sustancias químicas tóxicas que hacían enfermar a muchos de quienes vivían debajo hicieron sospechar pronto que no se trataba de meras estelas de condensación. Y fue el periodista William Thomas quien utilizó por primera vez –en 1999- el término “chemtrail” -abreviación del término inglés chemical trail cuyo significado es estela química– para referirse a tan extrañas formaciones que hoy se sabe no son de vapor de agua sino fumigaciones tóxicas de cuyo estudio se puede concluir que…

…eran un fenómeno desconocido antes de la década de los 90.

…permanecen en el aire mucho más tiempo que las estelas de condensación; y

…se producen también a baja altura lo que descarta que en tales casos puedan ser estelas de condensación.

Posteriormente comprobaría que además…

…tras ellas aparecen en la tierra fibras y materiales tóxicos (como el aluminio, el bario y el estroncio).

…en la zona se produce un aumento del número de enfermedades comunes dándose además patologías poco habituales y numerosos problemas medioambientales.

…los chemtrails se mencionan ¡en documentos oficiales! en los que se les relaciona con proyectos experimentales sobre la manipulación del clima. Es el caso del proyecto de ley Space Preservation Fact(Ley de preservación del espacio)presentado en 2001 ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos que recoge un listado de armas cuya prohibición se propone y, entre ellas, se menciona la fumigación aérea.

…hay suficientes evidencias de que el material que se está lanzando desde aviones tiene como objeto –o como excusa- reducir el impacto de los rayos solares y disminuir el nivel del calentamiento global.

Obviamente ninguna organización internacional –civil o militar-, gobierno o autoridad institucional admite nada de todo esto. Y de ahí que algunas agrupaciones ciudadanas hayan decidido denunciar la situación públicamente e intentar poner a las autoridades en una situación incómoda. Siendo una de las iniciativas más recientes la presentación por la asociación española Terra SOS-tenible, la asociación italiana Alternativa y la plataforma europea Skyguards (Guardacielos) de una petición formal ante el Parlamento Europeo para que se investiguen los hechos y se actúe a nivel político, social y judicial a fin de detener lo que no dudan en calificar de “fumigaciones clandestinas aéreas”.

FUMIGACIONES TÓXICAS

Pues bien, la presidenta tanto de Terra SOS-tenible como de Guardacielos es la española Josefina Fraile, licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad de Los Ángeles (Estados Unidos), postgrado en Relaciones Internacionales por la Universidad Johns Hopkins y máster en Desarrollo Rural y Administración Pública por el Instituto Agronómico de Montpellier y la Universidad de Burgos quien lleva varios años centrando sus esfuerzos profesionales en el campo medioambiental y encabezó en 2004 en nuestro país la candidatura de Los Verdes al Parlamento Europeo. Como encabeza en estos momentos desde Guardacielos el movimiento contra “las fumigaciones clandestinas aéreas” que según afirma “forman parte de programas globales de Geoingeniería supuestamente orientados a paliar el calentamiento global”. Fumigaciones que a su juicio constituyen “graves atentados medioambientales y contra la salud pública” de los que considera a los gobiernos europeos “cómplices por su pasividad e inacción”. De hecho no dudó en llevar recientemente al Parlamento Europeo una petición pública de protección para la ciudadanía europea que cualquier ciudadano puede aún firmar en www.guardacielos.org.

–Díganos, ¿por qué son ustedes partidarios de desterrar el término chemtrails y utilizar solo el de “fumigaciones tóxicas” o “estelas de Geoingeniería”?

-Efectivamente, somos muy críticos con el uso del lenguaje. Existe una tendencia generalizada a hacer seguidismo de fórmulas “made in USA” sin el menor espíritu crítico. En este caso tenemos un palabro sin verbo desvinculado por tanto de toda acción o intención que la gente no entiende ni siquiera en el país de origen. Fue usado inocentemente por personas cuyo error fue no emplear desde el principio el término fumigación que es el que emplean los geoingenieros porque manifiesta una clara intencionalidad y entiende todo el mundo. En consecuencia, diez años después la sociedad sigue in albis.

El término chemtrail ha servido a los intereses de quienes manejan los hilos de la desinformación porque sólo el uso de este término habría podido llevar el debate hacia argumentos estériles de tipo contrail-chemtrail con el fin de generar confusión entre expertos y opinión pública; y ganar tiempo. Y es que llamar a las cosas por su nombre en temas de tamaña gravedad es una cuestión de responsabilidad Además es un término que está totalmente desprestigiado porque se ha relacionado con los OVNIS, los Iluminati, el Nuevo Orden Mundial, etc., y ello está impidiendo a la gente conocer realmente el problema. Por eso nos hemos puesto en contacto con William Thomas, el periodista que primero denunció el problema, para pedirle un cambio semántico utilice ahora los mismos términos científicos que  los geoingenieros. Y lo ha aceptado.

-¿Son realmente las fumigaciones clandestinas aéreas una nueva amenaza contra el medio ambiente y la salud pública de la que la población mundial no es consciente?

-Me gustaría poder decir que no… pero es así. Ya teníamos bastante con los transgénicos y con la cantidad de tóxicos medioambientales que están perjudicando nuestra salud y ahora nos enfrentamos a un nuevo problema de gravedad incalculable. Y es que algunos países se han propuesto manipular el clima tras desarrollar la tecnología para ello. Porque la gente lo ignora pero algunos están ya en disposición de generar artificialmente nieblas, nubes, lluvia, diluvios, granizo, rayos, nevadas, huracanes… y también de hacer lo contrario: deshacer nieblas, frentes de lluvia, granizo o nieve para provocar sequías prolongadas… pudiendo provocar sequías prolongadas que terminan destruyendo los sistemas hídricos de un país condenándole a tener que importar alimentos o sufrir hambruna. En otras palabras, tienen en sus manos el control del clima a nivel mundial y, por ende, de todos los recursos del planeta, especialmente los alimentarios. Se trata en suma de un arma de guerra en toda regla que de hecho ya fue parcialmente utilizada por Estados Unidos en Vietnam entre 1967 y 1972 y que debido a su devastador poder fue prohibida en 1976 por dos convenios ENMOD de Naciones Unidas sobre el uso del clima para fines bélicos u hostiles.

-Basada pues en la Geoingeniería moderna…

-Así es. Geoingeniería que se utiliza para la manipulación deliberada del clima a escala global, supuestamente para paliar el calentamiento terrestre. Pero a nuestro juicio no deja de ser un argumento de conveniencia con el que se ha disfrazado de cara a la sociedad una clara actividad delictiva que está intoxicándonos a todos.

-Y cuya utilización está prohibida…

-Sí, pero hay que ser muy ingenuo para pensar que un país que ha alcanzado una tecnología que le permite controlar en buena medida el clima va a renunciar sin más al dominio que ello le da sobre el resto del mundo por el mero hecho de haber firmado un convenio en 1980.

-Pero, ¿cómo van a poder ejercer actividades de ese tipo a la vista de todo el mundo?

–Es fácil y de hecho ya lo hacen: generando un problema global que requiera de soluciones globales. Así es como apareció en escena lo del cambio climático y el calentamiento global. Se manipula el clima, se hace luego creer a la sociedad que existe un grave problema de calentamiento terrestre y finalmente se presenta la Geoingeniería como la única solución para enfriar el planeta y salvar a la humanidad. Algo parecido al bombero pirómano que quema el monte para asegurarse el trabajo (lea el lector en nuestra web –www.dsalud.com– el artículo que con el título Geoingeniería: una “nueva” ciencia que trata de modificar el clima según las “necesidades” publicamos en el nº 119 de la revista).

-¿Y cómo se supone que contribuiría la Geoingeniería a paliar el calentamiento global?

–Pues según sus díscolas teorías mediante la “gestión de la radiación solar” consistente en “enfriar el planeta” mediante la creación de un “filtro solar” en la atmósfera que haga rebotar los rayos del sol de nuevo al espacio antes de que lleguen a la tierra. Filtro que estaría compuesto de óxidos metálicos dispersados por aviones en la estratosfera. Pero si como dicen el calentamiento de la tierra se debe a la acumulación de CO2 en la atmósfera como consecuencia del uso de energías fósiles por el hombre no se entiende por qué la Geoingeniería no contempla ninguna medida orientada a reducir drásticamente esas emisiones. Finalmente nos ofrecen una fórmula que incrementaría en millones de toneladas el CO2 en la atmósfera por el tráfico de miles de aviones fumigadores. Con lo cual tendremos más CO2 y más venenos en la atmósfera. Es de locos. Por cierto, esta locura partió de los laboratorios de la bomba atómica, del “padre de la bomba de hidrógeno”, Edward Teller, quien sin embargo no creía que el planeta estuviera calentándose. De hecho hay hoy científicos como la física nuclear Rosalie Bertellque asevera que eso es matemáticamente imposible de concretar. Si el periodismo de investigación funcionara en el mundo como debiera se podría demostrar que la Geoingeniería constituye un arma de destrucción de los patrones climáticos globales y está llevando el planeta a un punto de no retorno.

VENENOS CELESTIALES

-Pero, ¿están ustedes seguros de que esas estelas que vemos cruzando el cielo en todas direcciones no son vapores de condensación como se nos dice?

-Sin duda. Las estelas de condensación no son un fenómeno tan habitual como se quiere hacer creer porque se requieren unas condiciones atmosféricas concretas: una humedad del 70%, una altitud en torno a los 8.000 metros y una temperatura inferior a 35-40º bajo cero. Y en la práctica no serían visibles desde tierra firme. Por debajo de esas cotas y sin esas condiciones no se forman estelas de condensación por mucho tráfico aéreo que haya. Y aquí hablamos de estelas en todo tipo de condiciones climatológicas y a altitudes bien inferiores. ¡Incluso a menos de 2.000 metros! La verdad es que resulta patético ver a algunos meteorólogos intentar explicar las fotos que les envían los telespectadores con cielos cubiertos de rastros de fumigaciones asegurándoles que se trata de estelas de condensación formadas por el paso de aviones.

-¿Qué aviones son utilizados en estas fumigaciones?

-En general aviones militares sin identificación alguna y excluidos del control oficial del radar aunque también se estén utilizando aviones civiles como demuestran numerosas evidencias recogidas en todo el mundo.

-¿Se sabe qué compuestos forman parte de esos aerosoles fumigados y cómo afectan al medio ambiente y a la salud?

-Se conocen algunos. No porque alguien lo haya revelado sino porque la naturaleza ha sido la primera en dar la voz de alarma. En los países en los que se han llevado a cabo a mayor escala estas acciones los árboles mueren con síntomas de estrés hídrico; incluidos los que están en parques, orillas de ríos y jardines particulares a los que no les falta el riego. Por eso la gente, a fin de saber lo que ocurría, hizo analizar la tierra y las cortezas siendo así como se descubrieron altas dosis de aluminio, bario, estroncio, y titanio, entre otros metales tóxicos.

Y si las plantas se ven afectadas es de necios creer que las personas vamos a librarnos de ello. No es así. Mire, los efectos negativos de la Geoingeniería alcanzan ya a toda la cadena alimentaria. Está contaminado todo: desde el aire que respiramos hasta los alimentos que ingerimos; incluida el agua.

Para empezar, la reducción del 22% de la luz solar que ha sufrido la Tierra afecta ya a la fotosíntesis de las plantas y, por tanto, al clima. Menos sol, menos fotosíntesis, menos agua. Pero también afecta a las personas por una menor asimilación de la vitamina D3 lo que afecta al sistema óseo y a otras muchas funciones metabólicas.

Además en la última década se ha apreciado un número elevado de enfermedades extrañas, alergias, enfermedades respiratorias, cardiovasculares y neurológicas que bien podrían estar relacionadas de alguna forma con esas sustancias tóxicas. Asimismo se han descubierto enfermedades cutáneas graves, como el morgellons, cuyo análisis determina la presencia en el cuerpo de nanomateriales o nanofibras sintéticas ¡con vida propia! que se nutren del oxígeno y el hierro en nuestra sangre (Léase el artículo que con el título El misterio del morgellons: la enfermedad de las fibras que se reproducen apareció en el nº 133).

-¿Se han podido analizar los productos que esparcen los aviones de una forma rigurosa?

-¿Cómo analizar algo cuya simple existencia se niega? Lo que se ha analizado es la tierra, los vegetales y el agua –incluida la de lluvia- de las zonas fumigadas. Costando mucho dinero porque los análisis se han hecho en laboratorios homologados fiables. Y el resultado es prácticamente el mismo en todos los países: se ha encontrado aluminio, bario, estroncio, titanio, celsio y otros metales tóxicos. Siempre. Además de fibras de origen sintético, bacterias y productos orgánicos. Y ahora se están llevando a cabo análisis ¡de muestras recogidas directamente de las estelas! Investigación que se está financiando merced a donaciones de ciudadanos anónimos vía internet. Es más, desde Guardacielos estamos trabajando ya en la creación de una base global de datos. Y si tuviéramos recursos abriríamos también otras líneas de investigación, especialmente en el ámbito de las radiaciones electromagnéticas.

-¿Cuál es la situación de las fumigaciones clandestinas aéreas en nuestro país?

-En España las fumigaciones están siendo masivas y el impacto en el medio ambiente y en la salud pública es claramente constatable. Y nuestros políticos no reaccionan. ¿Por qué? Pues porque enfrentarse a quienes dominan hoy el mundo no les interesa. Así que es la ciudadanía, la propia sociedad civil, la que va a tener que organizar su defensa. Nosotros estamos en estos momentos centrando los esfuerzos y recursos en la provincia de Zamora donde cada vez que hay fumigaciones intensas los servicios de Urgencias de los hospitales de Zamora y Salamanca casi se colapsan. Y donde ya podemos demostrar que se están haciendo ensayos con distintos materiales: aluminio, mica, fibras sintéticas….

-Se trata de una denuncia muy dura…

-Mire, hemos visto morir un pinar entero en menos de un año. Y enfermar a alcornoques centenarios en el mismo plazo. El pasado verano las cosechas de cereales tuvieron problemas y los productos hortícolas no maduraron. Y luego le tocó el turno a los viñedos que empezaron a enfermar en agosto. Desde Guardacielos se predijo el 28 de Agosto que en Toro habría problemas con las viñas por el patrón de fumigación. Pues bien, el 4 de septiembre diversos medios de comunicación informaban ya de que algunos viticultores denunciaban tener problemas con los viñedos a causa de la yesca de la vid, problema de difícil solución. Pero no hay que preocuparse que ¡ahí está Monsanto para venderles un “pincho” transgénico que injertándolo en las viñas las salvará!

-¿Tienen ustedes pruebas de lo que dicen?

-Nuestra plataforma hizo analizar tierra de La Guareña –comarca situada al norte de Zamora- tras ser fumigada y el resultado fue que había 5,57 gramos de aluminio por kilo. Es cierto que se trata del metal más abundante en la naturaleza pero no lo es menos ¡que nunca de forma libre! Y nosotros encontramos escamas de aluminio que brillaban en los campos, en los pueblos, en las aceras de las calles y en las carreteras. ¡Se podían ver a simple vista!

-Eso es fácilmente denunciable…

-Cierto. Y así se denunció ante el SEPRONA de Zamora el pasado 19 de julio pidiendo una investigación por posible delito contra la salud pública y el medio ambiente haciendo responsable subsidiaria a la Junta de Castilla y León ya que ningún avión puede sobrevolar el espacio aéreo de un país o región sin autorización previa…

-¿Y…?

-De momento no hay respuesta. Pero tenemos razones para tener esperanza. Seguimos a la espera.

EL CLIMA, UN ARMA DE GUERRA

-El pasado mes de julio se presentó en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley para salvar a las abejas en Europa ya que su desaparición afectaría seriamente a la polinización de los cultivos y nuestra alimentación depende de ella. ¿Guarda lo que está pasando con ellas relación con la Geoingeniería?

-Lo de las abejas no es en efecto sino un aviso más de los nuevos peligros medioambientales. En 2013 la producción apícola en Castilla y León se ha visto drásticamente reducida. Donde antes se producían 15 kg por colmena este año se ha producido solo 1,5 kg. En el informe de la proposición no de ley a la que usted alude se apunta que una de las causas podrían ser las radiaciones electromagnéticas emitidas por las antenas de telefonía móvil que las desorientan y enferman. Ningún supuesto de la Geoingeniería hace referencia al uso de frecuencias pero se conocen las actividades de determinados países para controlar la ionosfera. A través de pulsos electromagnéticos no solo pretenden incidir en los ríos de vapor, en las corrientes de chorro y en las corrientes aéreas y marinas que conforman el clima sino incluso controlar las comunicaciones globales: terrestres, marítimas y espaciales. El Proyecto HAARP (High Frequency Active Auroral Research Program) de Gakona (Alaska) desarrollado por las Fuerzas Aéreas y Navales estadounidenses, el Departamento de Defensa y la Universidad de Alaska es bien conocido por este tipo de actividades. La manipulación de los campos electromagnéticos terrestres está interfiriendo en la conocida Resonancia Shuman de 7,83 Hz que al ser la misma frecuencia a la que funciona el hipotálamo está afectando negativamente en la salud mental de muchas personas. Una práctica aberrante con la que queda patente el uso de la manipulación climática como arma de guerra bajo el disfraz de la Geoingeniería.

En fin, todo indica que la dispersión de metales en la atmósfera que pretende presentarse como la inevitable y necesaria creación de un filtro solar global que palie el calentamiento global oculta en realidad la idea de aumentar la conductividad de los pulsos electromagnéticos con los que esa gente trabaja para controlar las comunicaciones.

-Pero, ¿qué sentido tiene a nivel comercial envenenar la tierra y las plantas?

-Le doy un ejemplo ilustrativo: la multinacional Monsanto -responsable de la destrucción de la agricultura en el mundo con el apoyo de gobiernos como los nuestros y que participa activamente en los programas de Geoingeniería- ya tiene prevista la “solución” para los problemas que ellos mismos generan deliberadamente. Se trata de semillas transgénicas resistentes al aluminio, al estrés hídrico y a los rayos ultravioleta. Hasta preparan árboles transgénicos que no alberguen vida en ellos. ¡Y asómbrese!: ha presentado ya una colección de abejas-robot polinizadoras que sustituyan a las naturales que están haciendo desaparecer. Todo está previsto. El montaje es perfecto.

-¿Existen publicaciones oficiales que hablen de todo esto?

-Hay muchas publicaciones; a favor y en contra. Incluso “desinformadores” a sueldo. Por eso hay que ser muy crítico a la hora de informarse ya que éste es un ámbito en el que tiende a mezclarse un poco todo. Dicho esto añadiré que hay un documento de referencia. Fue publicado en 1996 por las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos con el sugerente título de Poseyendo el clima para el 2025. Está en inglés pero lo hemos traducido y pronto lo subiremos al apartado de publicaciones de nuestra web. Informe que explica en su introducción que “en Estados Unidos la modificación climática formará parte de la política de seguridad nacional con aplicaciones domésticas e internacionales. Nuestro Gobierno seguirá esa política a varios niveles en función de sus intereses. Niveles que incluirían acciones unilaterales, participación en un marco de seguridad como la OTAN, en el marco de la afiliación a organismos internacionales como la ONU o actuando en coalición. Considerando que en 2025 nuestra estrategia nacional de seguridad incluirála modificación climática su utilización en la estrategia militar nacional será algo natural. Además de los grandes beneficios que esta capacidad operativa aportaría otra motivación adicional para lamodificación climática es controlar y derrotar a posibles adversarios” (la negrita el subrayado son nuestros).

Bien explícito, ¿no? De hecho el paso de los años ha demostrado que la estrategia de poderío para imponer al mundo el control del clima se ha hecho realidad al pie de la letra. En Europa las labores de fumigación ¡se ejecutan hoy bajo el control de la OTAN! Y el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la mismísima Organización de las Naciones Unidas (ONU) ya ha propuesto legitimar el uso de la Geoingeniería para paliar el calentamiento global; puede leerlo en el apartado D de su Quinto Informe.

Si sus lectores quieren ampliar la información al respecto pueden entrar en la web Observatorio de Geoingeniería. Ahí está lo mejor que se ha publicado hasta la fecha aunque por breve tiempo ya que todo parece indicar que se ha silenciado a sus autores; y eso indica que las fuentes son buenas.

-¿Por qué cree que no se ha abierto un debate público sobre un tema de tanta gravedad?

-No se abre un debate público porque lo tienen perdido de antemano. La sociedad civil jamás admitirá semejante locura. A falta de un debate serio, mientras se diseña el complicado marco normativo que permita la ejecución legal de la Geoingeniería, se busca normalizar su uso mediante la educación en escuelas y universidades, el cine, la publicidad y la presión mediática centrada en ignorar la manipulación del clima y en seguir la consigna oficialista del cambio climático promovida por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) que consiste en hacer creer que es el CO2 el que regula el clima y no el sol.

-Pero un montaje así tiene un altísimo coste…

-Sí. Que encima pagamos sin saberlo los propios ciudadanos. Piénsese que una hora de avión costaba ya en 2010 diez mil euros, precio de los tóxicos con los que se nos fumiga aparte. Multiplique eso por los miles de vuelos que se están efectuando 24 horas al día los 365 días del año y tendrá una idea de lo que le está costando al erario público el presunto “filtro solar”. Una auténtica barbaridad. Solo que el coste en daños medioambientales y vidas es mucho mayor, casi incalculable. Y eso mientras en todo el mundo se recortan gastos en Sanidad, Educación, Investigación, etc.

Mire, se calcula que financiar la llamada “adaptación al cambio climático” costará 100.000 millones de dólares anuales hasta 2020. Y no hay como un buen talonario para hacer callar a quienes valoran más el dinero que la verdad, la salud o la dignidad.

SILENCIOS CULPABLES

-¿Qué respuesta política a nivel nacional e internacional se ha dado a todo esto hasta el momento?

-En España ninguna. Es más, hay todo un negocio de creación de “oficinas para el cambio climático”. Crecen como las setas. En España, Italia, Grecia, Chipre… En el Parlamento Europeo se han hecho algunas preguntas sobre todo esto pero la respuesta es siempre la misma: el silencio. Y es que reconocer las prácticas que estamos denunciando implicaría responsabilidades civiles, penales y políticas tan grandes por los daños causados que ningún estado osaría asumirlas. Así que, en el mejor de los casos, niegan que todo esto esté sucediendo y desacreditan con todos los medios a su alcance a quienes alertan de lo que sucede.

No obstante hay dos gobiernos que han llevado las propuestas de Geoingeniería a sus parlamentos nacionales: los de Estados Unidos y Reino Unido donde se ha dado un paso adelante anunciando oficialmente la ejecución del proyecto SPICE (Stratospheric Particle Injection for Climate Engineering) (Inyección Estratosférica de Partículas para Ingenierizar el Clima) en el que están implicadas las universidades más prestigiosas del país. Afortunadamente tuvieron que dar marcha atrás ante la reacción popular y la presión de medio centenar de ONGs. Fue un mensaje claro de que la sociedad civil no va a permitir semejante deriva. Por eso ahora han optado por la vía de los hechos consumados.

-¿Creen ustedes que está la sociedad preparada para encajar este tipo de noticias y llegar a cuestionar a sus gobiernos?

-La sociedad tiene derecho a saber la verdad sobre todo lo que le concierne; de hecho sin información fidedigna es imposible que cuestione a los gobiernos que la representan. El problema es que a la gente le cuesta aceptar que sus gobernantes puedan tomar decisiones contra la vida misma de la población. Y sin embargo los datos que demuestran que así acaece desde hace décadas están ahí. Una reciente desclasificación de documentos oficiales en Estados Unidos demuestra que entre 1953 y 1967 miles de ciudadanos hicieron de cobayas –sin saberlo- en experimentos con armas químicas y biológicas.

Experimentos llevados a cabo con ciudadanos de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Escandinavia. Es más, en Estados Unidos ¡es legal ensayar con la población este tipo de armas desde 1997! “Casualmente” cuando empezaron las fumigaciones clandestinas aéreas a gran escala…

También la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) negó durante décadas que estuviera haciendo pruebas nucleares en su territorio y hoy sabemos que en cuarenta años explosionó en Kazakistán alrededor de ¡500 bombas atómicas! Lo que equivale a más de una bomba nuclear al mes. Los efectos en los humanos de esa atrocidad pudimos verlos recientemente en el programa de televisión En portadaque se emitió con el título Los hijos de la bomba atómica.

Esa pobre gente no sabía lo que estaban haciendo con ellos… pero nosotros ahora sí lo sabemos. Y podemos defendernos. Aún nos queda la palabra. Y aún nos quedan las urnas. Aunque hay que ser realistas: en este ámbito ni los partidos “verdes” se diferencian del resto. Y lo mismo cabe decir de las más conocidas ONGs o de los sindicatos agrarios: no están haciendo nada para denunciar todo esto.

-¿Fue esa falta de respuesta política la que les hizo crear Terra SOS-tenible y Guardacielosllevando directamente el asunto al Parlamento Europeo?

-La falta de respuesta es ya una respuesta. La peor de todas. Por eso creamos las dos plataformas a fin de actuar a nivel social, político y judicial. Y en abril pasado llevamos el asunto al Parlamento Europeo basándonos en la resolución A4-0005/99 adoptada el 14 de enero de 1999 sobre medio ambiente, seguridad y política exterior en la que se habló ya de armas letales de modificación climática explicitando el Proyecto HAARP. Resolución que ha sido convenientemente ignorada. Y, por cierto, la conferencia que dimos allí fue posible gracias al exdiputado europeo Giulietto Chiesa y a la eurodiputada Letona Tatjana Zdanoka, auténtica excepción ésta en el seno del grupo de Los Verdes Europeos.

Pudimos así denunciar la indefensión en la que nos hallamos los europeos cuando se violan nuestros más elementales derechos como lo son los de la seguridad y la salud. Y la pasividad cómplice de unos gobiernos que niegan las evidencias de lo que está ocurriendo. De ahí que pidiéramos al Parlamento que tutelara de forma real a la ciudadanía europea. Reclamando asimismo la ejecución de la resolución antes citada, especialmente en lo que se refiere al control democrático y parlamentario de los proyectos de investigación militar. Finalmente, tras la conferencia, hicimos una petición formal pidiendo una investigación independiente del Parlamento Europeo para la que estamos recogiendo firmas de apoyo en nuestra web: www. guardacielos.org. Ojalá esta entrevista se difunda, la sociedad española se implique un poco más y logremos subir el insuficiente número de firmas actual.

-¿Realmente creen ustedes que el Parlamento Europeo podría hacer algo respecto a este problema?

-Si le soy sincera, lo dudo; porque incluso si se pronunciara favorablemente obstruiría cualquier iniciativa la todopoderosa Comisión Europea, completamente plegada a los intereses norteamericanos. Ahora bien, la ciudadanía podría “responderles” adecuadamente en las elecciones europeas de mayo del próximo año. A fin de cuentas los ciudadanos desconfiamos mayoritariamente de una institución que sabemos está en manos de los grupos políticos y corporativos. Y si hacen caso omiso estaríamos incluso dispuestos a presentar una candidatura que proponga un programa radical de refundación de la Unión Europea que obligatoriamente prescindiera de una institución como la Comisión y que expondríamos en nuestra web.

-En términos pragmáticos, ¿cómo podría a su juicio implicarse la ciudadanía en este caso?

-Esta lucha se gana o se pierde con la opinión pública. Una ciudadanía concienciada puede hacer que se ponga fin a este terrorismo medioambiental no votando a quienes, directa o indirectamente, lo permiten. La gente puede ayudarnos por ejemplo enviándonos información cuando vean las fumigaciones en su provincia a fin de completar el mapa de nuestra web. Asimismo puede firmar nuestra petición al Parlamento Europeo. Y pueden presentar en sus ayuntamientos las mociones que hemos elaborado para obligarles a nuestros representantes políticos locales a posicionarse en un tema tan transcendental para la ciudadanía. Es más, hemos decidido hacer una “lista negra” con todas aquellas instituciones o personajes públicos que decidan ignorar los hechos que denunciamos y que luego haremos pública para que los votantes sepan de parte de quién están realmente quienes dicen representarles. E intentaremos llevar al Congreso de los Diputados una proposición no de ley que prohíba la Geoingeniería en nuestro territorio.

-¿Quiere añadir algo más para finalizar?

-Sí. Me gustaría resaltar que la salud pública es un bien jurídico en peligro y hago por ello un llamamiento a fiscales, jueces y médicos para que actúen conforme a Derecho ya que en sus manos está en buena medida poner fin a estas actividades genocidas. Como hago un llamamiento al Ejército para que se niegue a formar parte de estos programas recordándole su deber de proteger a la población; en Estados Unidos e Italia ya hay altos mandos que han hecho públicas sus denuncias. Y, por último, extiendo mi llamamiento a la población para que se informe, haga valer sus derechos fundamentales y nos apoye en nuestros objetivos.

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